Durante los últimos años, se ha iniciado una campaña contra el plástico como si fuese uno de los peores compuestos sobre la faz de la tierra, cuando lo cierto es que las ventajas del embalaje de plástico son enormes. De hecho, el problema no es el material en sí, ya que lo que ocurre es que no se recicla lo suficiente, algo que ahorraría una gran cantidad de energía, y también evitaría ver deshechos de plástico tirados y malgastados.
Hacen que los alimentos sean seguros
Gracias a los plásticos, se evitan muchas enfermedades que se propagan por los alimentos, pues crean una barrera que es imposible de franquear para las plagas y los microorganismos, los cuales colonizarían los productos que tomamos de no ser por los plásticos.
Además, en muchos casos son transparentes, por lo que el consumidor puede ver lo que va a comer y tocarlo sin peligro, puesto que si tiene algún tipo de patógeno en las manos este no acabará sobre el producto.
Aquí es donde más se critica el embalaje, ya que a veces se dice que se emplea demasiado, de forma que ahora en el mercado tenemos al bioplastico, derivado de productos orgánicos y degradables.
Evita que se desperdicien alimentos
Producir alimentos cuesta muchos recursos, como el agua, de manera que no se puede desperdiciar la comida, y a esto ayudan los envases de plástico.
En el caso de los granos, del tipo del arroz, evitan que se vean afectados por las plagas, y si hablamos de la carne hacen que una chuleta se conserve alrededor de diez días más.
Esto lo podemos comprobar de una forma muy sencilla, comprando un filete en la carnicería y otro envasado en una bandeja. El de la carnicería se estropea en un par de días, mientras que el que viene dentro de un plástico dura más de una semana.
Se tratan de envases muy ligeros
Dentro del mundo del transporte, el peso es muy importante y gracias a los plásticos es posible que tanto los envases como los embalajes sean muy ligeros.
Un peso tan bajo consigue que el transporte contamine poco, puesto que en un mismo porte es posible trasladar más productos, emitiendo una menor cantidad de CO₂ y gastando menos combustible.
Se puede esterilizar
Los plásticos no solo se emplean a la hora de envasar alimentos, sino que también están presentes en otros sectores que podemos calificar como “delicados”, debido a que afectan de una forma significativa a nuestra salud.
Hablamos de los productos de farmacia o médicos, en donde encontramos el PETG, un tipo de plástico que se puede esterilizar y lavar, quitando toda la suciedad que se acumula en el proceso de almacenaje.
Aísla a los artículos de la humedad
La humedad no es buena ni para los alimentos ni en cualquier otro producto, ya que en el caso de los metálicos los oxida y si hablamos de electrónica una humedad alta hace que los componentes dejen de funcionar en poco tiempo.
De esta forma, el plástico evita que la humedad entre en contacto con las mercancías, algo muy útil, pues en el transporte pueden estar bajo la lluvia cuando se cargan o descargan, e incluso permanecer en lugares muy húmedos como los barcos o los puertos en el momento en el que se mueven de un sitio a otro. No hay mejor material para esto, ni más económico, evitando a las empresas muchos perjuicios financieros por el agua.
El plástico tiene un amplio ciclo de uso
Se piensa en este material como algo de usar y tirar, pero esto no es cierto. Por ejemplo, cuando compramos un plato que está precocinado lo calentamos ahí y nos lo comemos en el envase, el cual muchas veces se queda en la cocina para utilizarse como contenedor.
Algo similar pasa con los envases de los medicamentos, en los que el plástico que los recubre permanece con nosotros semanas, pues sirve también a la hora de dosificar las medicinas.
Es reciclable
En ocasiones se olvida, pero otra de las ventajas del embalaje de plástico es que puede reciclarse de forma casi infinita si lo llevamos al contenedor adecuado o, en el caso de las empresas, lo recoge un gestor de residuos autorizado.
Con esto se acaba la contaminación, puesto que cuando terminamos con un recipiente se puede llevar a una planta en la que lo reciclarán para crear con él otro envase o cualquier cosa realizada con ese plástico que a nosotros ya no nos sirve.
De hecho, no es un material contaminante y el problema viene por la falta de conciencia a la hora de llevarlo a un punto de reciclaje.
Tiene una gran resistencia
A diferencia de otros materiales, el plástico tiene una enorme resistencia, ya que no se quiebra con los golpes y es muy flexible, lo que lo hace ideal en los portes al proteger la mercancía como ningún otro material.
Además, existen plásticos de muchos tipos, por lo que se pueden combinar o elegir en función de su rigidez, resistencia a la rotura, etc., por lo que es posible decir que existe un embalaje de este material para cada tipo de mercancía.
Las ventajas del embalaje de plástico son más que evidentes, pero si te queda alguna duda sobre ellas, contacta con Embalajes Selección, en donde te atenderemos lo antes posible y te explicaremos lo que necesites saber, como por ejemplo el uso del bioplástico que ahora está tan de moda por sus propiedades.